miércoles, 6 de mayo de 2009

Reproducción del Betta Splendens

Para afrontar la reproducción del Betta Splendens hay que tener presentes varios puntos significativos, como los reproductores, los acuarios, la alimentación y las condiciones del agua. Es necesario mantener estos factores bien conjugados para tener éxito en la preparación, reproducción y recuperación de los adultos, así como en la manutención de los alevines.

Preparación de los acuarios o recipientes

Antes de comenzar con la reproducción hay que tener presente que se requerirá un espacio extra para todo el entramado que implica la reproducción de los Bettas. Se pueden mantener a los reproductores en recipientes de al menos 10x10x20 cm (dentro o fuera del acuario de reproducción), antes y después de la puesta, pero ha de tenerse en cuenta que lo ideal es que tengan espacio para nadar con libertad. Lo aconsejable es preparar un tanque aparte para la reproducción de por lo menos 60 litros, para prevenir el alojamiento de los alevines en sus primeras etapas de vida tras finalizar la reproducción de adultos y puesta de huevos. Pasados 2 meses de vida aproximadamente, habrá que realojar a los machos en recipientes separados (conocidos como betteras) similares a los recipientes para reproductores pero organizados en mayor número (la puesta de una pareja de Bettas proporciona del orden de 100-300 huevos de media), pudiendo alojar a las hembras en acuarios comunitarios. La razón de esta separación de machos entre los nuevos ejemplares es que empieza a aflorar su instinto territorial y a partir de esta etapa empezarán a perfilarse peleas que deteriorarán a los ejemplares y que desembocaran en combates a muerte.

Para simplificar este apartado procurare enumerar el grupo de acuarios y recipientes mínimos para sacar adelante una puesta de Bettas, además de sus condiciones requeridas.

Para los reproductores lo ideal es tener un acuario (o recipiente, lo ideal es 10 litros por ejemplar) en que colocar a cada uno, permitiéndoles recuperarse por separado y evitando así nuevas embestidas de los machos, o la acumulación de estrés en ambos.

Para la puesta, mantenimiento de los alevines hasta los 2 meses y pasado este periodo para el mantenimiento de las nuevas hembras, lo ideal es disponer de un tanque de 60-100 litros, sin necesidad de crear separaciones internas.

Para el mantenimiento de los machos tras los 2 meses de vida, lo ideal es crear separaciones internas de al menos 10x10x20 cm en acuarios de 60-100 litros, aunque se puede recurrir a diversos métodos como hileras de botellas o vasos de 1 litro, acuarios con separaciones interiores agrupadas en una estructura y dispuestas en la parte superior de estos acuarios (permitiendo mantener hembras de mas de 2 meses junto a alevines menores de 2 meses en la parte inferior sin separaciones y machos de mas de 2 meses en la estructura de separaciones situada arriba).

La preparación y recuperación de los reproductores

Tanto para preparar la reproducción de los ejemplares como para hacerles la recuperación tras dicha reproducción es necesario tener a los ejemplares bien alimentados. Se les puede preparar durante varios días, no menos de 3, alimentándoles 5 veces al día con distintos tipos de comida, procurando abastecerles de proteínas y comida viva, los complementos de vitaminas suelen ser una opción a tener en cuenta a la hora de reforzar la estimulación de los reproductores para la puesta.

El Betta Splendens prefiere las temperaturas agrupadas entre 27-30ºC para iniciar el cortejo y posterior reproducción, lo que en la naturaleza sería ideal para mantener a sus alevines vivos. Los reproductores pueden no decidirse si los niveles de nitritos (no2) o nitratos (no3) no son los mínimos, aparte de ser un riesgo para la puesta. Se requiere un ambiente preferiblemente húmedo, sobre todo a partir del inicio de la puesta para mantener los huevos y alevines en condiciones favorables.

Durante el cortejo y la reproducción, la o las hembra/s implicadas resultarán agredidas por el macho con el riesgo de que alguna muera durante el mismo; es importante el uso de acondicionadores (destacar el aloe vera) y sales cicatrizantes (como ektozon) para fomentar la recuperación de los ejemplares, acelerando el crecimiento de aletas dañadas o el cierre de heridas expuestas a infecciones bacterianas.

Puede colocarse a las hembras en frascos trasparentes colocados en esquinas distintas (preferiblemente opuestas), permitiendo al macho elegir; cuando este se haya decantado por un, haciendo el nido de burbujas junto a ella, retiramos a las demás hembras y liberamos a la elegida para que empiece el cortejo. Resaltar la importancia de plantas como el helecho de sumatra, riccia fluitants, lemma minor, elodeas(egeria) y otras mucha plantas por su labor para mantener el agua en condiciones y permitir la fijación del nido de burbujas.

Como suplemento para la creación del nido de burbujas suele utilizarse un isopor, que es un vaso de corcho (para café, helado,..) que se parte por la mitad en sentido vertical, dejando 2 mitades iguales; se coloca una de las mitades en el acuario, calzada entre alguna esquina y una planta para evitar desplazamientos. El macho no debería tardar en ir a investigar el nido artificial y apoderarse de él, para hacer burbujas en su interior en el momento en que esté listo para la reproducción; a partir de este momento el emparejamiento debería ser cuestión de horas o un día.

La edad adecuada para comenzar a reproducirlos está entre los 9 y 12 meses. Cuando se observe que las hembras han madurado los ovarios (lo que es visible por la aparición del poro urogenital, que es un diminuto botoncito blanquecino detrás del conducto anal).


Condiciones del medio y equipo necesario para las etapas de la puesta

Las condiciones del medio para la reproducción del Betta debe ser preferiblemente baja en nitritos y nitratos, por lo que es recomendable hacer un cambio total del agua del acuario para reproductores, renovándola con agua declorada hasta los 5-8 cm de altura; esta poca profundidad favorecerá el ahorro de energía del macho cuando este cuidando de los huevos o alevines (estará varios días sin comer, sólo pendiente de subir al nido da burbujas cada huevo o alevín que caiga al fondo), además de suponer un salvavidas para los alevines que se cansan enseguida. A medida que pasen las primeras semanas iremos subiendo el nivel del agua progresivamente y siempre en distintas ocasiones.

La temperatura puede oscilar entre 27 y 30ºC, aunque algunos criadores prefieren mantener las puestas a 29ºC; otro factor importante es la humedad del ambiente que favorece la reproducción y es necesaria para asegurar que los alevines desarrollen el órgano laberinto, en la 2ª-3ª semana de vida (de no desarrollarlo morirán con toda seguridad). Un modo de mantener unos grados de calor y humedad de manera constante es tapar el acuario con su tapa, colocando un paño que cubra la totalidad de ésta (hay que tener en cuenta que por la noche las temperaturas bajan unos grados).

Dependiendo de la estación del año y las temperaturas locales se utilizará o no el calentador, siendo recomendable (en caso de estación calurosa y no usar filtro) el uso de aislantes para retener el calor en el acuario y complementar con algún tipo de calefacción por la noche.

La filtración hay que distribuirla según las etapas; durante el cortejo y reproducción es bueno tener filtración (con caudal lento para no agitar la superficie ni crear corrientes de agua), pero una vez iniciada la puesta de huevos habrá que detener el filtro para evitar acabar con los alevines. Para evitar saturaciones en el agua se puede recurrir a plantas como las anteriormente citadas para purificar y oxigenar el agua, además podemos hacer sifonados del fondo periódicamente y con prudencia, para eliminar restos orgánicos en descomposición y sustituir parte del agua (para esta última labor de limpieza es recomendable utilizar mangueras de aireador (5 mm) o proteger la toma de agua con esponja fina, evitando absorber alevines pero dejando en el acuario lo restos orgánicos(con el peligro que eso entraña)).

La reproducción

Al contrario de lo que se piensa, el Betta no reconoce el sexo de otro Betta a simple vista sino que observa las contestaciones o reacciones del contrario a su danza de cortejo; un Betta puede estar son las aletas plegadas y casi sin color (grisáceo) pero en el instante en que aparezca en el acuario otro Betta más vistoso que el 1º, viéndose las caras, desplegarán sus aletas al máximo para mostrar su esplendor. La coloración también sufre esta “explosión” en la exhibición personal del Betta en la danza del cortejo, en la que se procura sacar el máximo efecto de cada mancha brillante de color y de cada radio irisado de las magníficas aletas. Ante la presencia de un macho elegante la hembra abate las aletas, dejándolas plegadas; si no quiere aparearse con el macho escapará para no resultar mal herida por las embestidas del macho (Los combatientes se atacan a puñaladas y no a mordiscos. El pez aparta las mandíbulas lo necesario para que todos sus dientes se dirijan hacia delante, y en esta posición se lanza sobre el costado de su adversario con toda la sorprendente fuerza de su musculoso cuerpo). Si quiere aparearse con el macho se aproxima él de manera especial, suave, «tímida», o sea, con una actitud corporal que constituye precisamente la opuesta de la jactanciosa del macho. Y entonces empieza la ceremonia del amor.

El nido del combatiente consiste en un montón de burbujas de aire, estrechamente adheridas entre sí y que forman un saliente sobre el nivel del agua, recubierto de tenaz saliva y muy resistente. Mientras lo construye, el macho luce sus colores más bellos, que aun ganan en fuerza y luminosidad cuando se aproxima una hembra. Rápidamente, el macho se precipita hacia ella y se detiene radiante. Si la hembra está dispuesta a seguir la llamada de la Naturaleza, lo manifiesta adoptando una coloración determinada, con franjas pálidas transversales irregulares.

Manteniendo las aletas estrechamente plegadas, la hembra nada con lentitud hacia el macho, que extiende tembloroso todas las aletas, casi hasta desgarrarlas, y se coloca siempre de manera que ofrezca a la cortejada el maravilloso espectáculo de uno de sus costados. Un momento después, el macho nada en dirección al nido con un amplio y gracioso movimiento.
La hembra es atraída hasta debajo del nido de espuma. Entonces se inicia una danza de apareamiento; el macho debe siempre mostrar a su dama su magnífico flanco, y la dama debe mantenerse constantemente en ángulo recto con él. El macho nunca debe ver el costado de ella, pues de ocurrir así, el comportamiento de él sería grosero, poco caballeresco y hasta maligno, ya que en estos peces, lo mismo que en otras especies, el mostrarse de costado es
señal de virilidad dispuesta a la lucha, e instantáneamente despierta en cualquier macho un cambio absoluto de talante: el amor más sublime da paso al odio más salvaje.

La reproducción puede prepararse de varios modos, siendo 3 los más comunes:

a) Se colocan varias hembras en un acuario bien plantado y decorado, a la espera de que se emparejen para retirar a las demás hembras.

b) Se coloca una maternidad o separación transparente en medio del acuario para la reproducción, a un lado el macho y al otro la hembra. Llegados a este punto y antes de continuar destacar que hay 2 variantes para este método; el método clásico y el método “de la rendija”.

El método clásico implica dejar que se vean a través de la maternidad hasta que ambos hagan burbujas en ésta, momento en que se retira la maternidad con cuidado y empieza el cortejo.

El método de la rendija es similar al método clásico pero se deja una rendija suficiente para dejar pasar a la hembra pero no para que pase el macho, como resultado la hembra acudirá a la parte del macho cuando quiera y se retirará cuando este la acose demasiado. Finalmente, cuando la hembra esté lista pasará al lado del macho para meterse en el nido y empezar los abrazos de la reproducción.

c) Se coloca al macho en el acuario de reproducción, se colocan a las hembras en botes transparentes y se colocan en esquinas distintas (preferiblemente opuestas), cuando el macho elija una comenzará el nido de burbujas cerca de ella, este será el momento para retirar a las demás hembras y liberar a la hembra seleccionada por el macho, dejando que comience el cortejo.
Como ya se comentó antes, el cortejo es básicamente una persecución a las hembras por parte del macho, descargando ataques contra ellas que les dañarán las aletas e incluso pueden causarles la muerte, en un intento violento de atraerlas hacia el nido para la reproducción.

Una vez que la hembra se decide por la reproducción se mete en el nido para comenzar; durante la reproducción, el macho abraza a la hembra envolviéndola con su cuerpo plegado con el objeto de fecundarla. Cada vez que sea fecundada, la hembra expulsará racimos de huevos blancos que el macho bajará a recoger con la boca, para depositarlos entre las burbujas del nido envueltos a su vez en burbujas nuevas.

Una vez terminada la puesta, que puede durar varias horas, se retira a la hembra para evitar ataques del macho o que se coma los huevos recién depositados. A partir de este momento, si el macho se comporta como buen progenitor, el macho se encarga de recoger a los huevos y luego a los alevines, para devolverlos al nido de burbujas. Si el macho se comporta como buen progenitor, se le retira cuando los alevines empiecen a nadar horizontalmente (durante los primeros días nada en vertical y se cansan rápido) para evitar que se estrese y se los coma. Si se da el caso de ser un mal progenitor( no cuida el nido o se come a sus descendientes), se retira al macho y se plantean 2 opciones:

a) Se coloca a la madre y si se hace cargo de la puesta como debiera haber hecho el macho, se la deja hasta que los alevines empiecen a nadar horizontalmente.

b) Si la madre tampoco se hace cargo de la puesta, siempre se puede recurrir a recoger los huevos con una jeringuilla para depositarlos con cuidado en el nido de burbujas.

Manteniendo la puesta

Entre el primer y segundo día de iniciarse la puesta empezarán a eclosionar los huevos, dejando paso a los alevines; en el momento de la eclosión, los alevines disponen aún de reservas energéticas de la madre y pueden estar unos días sin alimentarse (aunque es arriesgado y desaconsejable). Los primeros 4 días comerán infusorios (naturales o comerciales, aunque algunos criadores se decantan por los naturales por estimular mejor el desarrollo y economizar en los gastos de alimentación con cultivos fáciles de mantener en casa), a partir de este día podrán recibir naupilos de artemia recién eclosionados para enriquecer la dieta y estimular su desarrollo. Cuando los alevines tienen 20 días aproximadamente, comenzarán a comer una gran variedad de alimentos.

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